FRAGMENTOS DE ENTREVISTAS, ETC.

Antonio A. Gomez Yebra

-Antonio, ¿qué es “Norvegicus”?
-Norvegicus es una rata que vive en un túnel de ferrocarril. Norvegicus es el nombre científico de esta especie animal que me ha servido de soporte físico de una persona cualquiera que vive en constante búsqueda de Dios. Para Norvegicus su dios es el tren. Un día cualquiera esta rata consigue subir al tren y realiza un viaje de ida y vuelta. Lo que para aquella rata fue en un principio su mayor felicidad, sirvió después para que encontrara su destrucción.
-¿Qué estructura tiene el cuento?
-Tiene dos partes muy claras. La primera es para presentar a la rata, contar su vida. La segunda introduce un diálogo entre personas que descubren la rata y la matan. En definitiva, es el pueblo el que destruye a la rata.
-¿Plantea alguna tesis, tiene algún mensaje, qué pretende en una palabra, este cuento?
-Sin duda. En todo el cuento late el problema existencial. Responde a estas interrogantes vitales: ¿de dónde venimos, a dónde vamos, por qué nos movemos? (…)
-Yo envié este cuento al certamen sin ilusión. Aunque siempre cabe la esperanza, yo no me hice nunca a la idea de que podría ganar el premio.
-¿Por qué?
-No creo en los concursos.
-¿Y ahora?
-Ahora pienso que algunos premios no están apañados.
Luciano González Osorio, Sol de España (Málaga), febrero, 1980.

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-Otro libro, Antonio, ¿es otro parto?
-Como si lo fuera.
-¿Cuál es tu oferta juvenil en esta ocasión?
-Aventuras con tito Paco es un poco como asomar al niño al mundo preadolescente.
-¿Novela, cuento, relato?
-Es una novela corta en la que a lo largo de sus doce capítulos se distinguen dos asuntos bien diferenciados pero conexos: la narración de las propias aventuras del protagonista y el relato de las actividades de sus sobrinos en un pueblo (Casar del Monte) donde, hasta la llegada de tito Paco, no había sucedido nada verdaderamente interesante.
-¿Por qué ese afán tan tuyo de introducir con anticipación al niño en el mundo que le va a llegar?
-Precisamente para que lo conozca un poco antes de vivirlo y protagonizarlo. Los niños de la etapa preadolescente son seres muy atentos al mundo que los rodea, muy curiosos, en suma. En esta obra se hallan ante un protagonista muy atrayente por lo misterioso de sus aventuras y el mundo donde se localizan.
-¿Qué es el personaje, cuál su singularidad?
-Tito Paco es un hombre que ha optado por un modo de vida distinto al de la gran mayoría de nuestros contemporáneos: vegetariano, amante del yoga, comprensivo, un hombre que toma partido por los más débiles, por los desheredados, por los niños, y pone al servicio de esa causa sus dotes personales y sus conocimientos.

Julián Sesmero, Sur, 28/XII/88, pág. 10.

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-¿Desde cuándo escribe?
-Desde toda la vida, ya que con ocho años empecé un cuadernillo donde iba anotando todo lo que se me ocurría. Ese primer conjunto de escritos se perdió en alguno de los múltiples cambios de domicilio de mi infancia, pero sí conservo un block con poemas míos hechos hacia los 16 años, textos que nunca se han publicado y que algún día destruiré para que nadie tenga la tentación de hacerlo. Pero publicando llevo desde 1978.
-¿Y cómo se compagina el trabajo de profesor con el de creador prolífico?
-De una forma natural, sin ningún tipo de traumas. Mi trabajo me invita a escribir sobre autores y obras literarias, labor que llevo a cabo fundamentalmente durante el curso académico. El verano, que está hecho para descansar, me invita a la relajación mental. Es entonces cuando me dedico a la creación, lo que me supone un continuo rejuvenecimiento y me facilita la claridad mental imprescindible para encarar un nuevo curso. La creación me sirve como auténtica catarsis.
-Aunque ha escrito algún libro de poesía para adultos y mucho ensayo, fundamentalmente usted escribe para niños.
-Sí, porque ejercí muchos años como maestro y siempre estuve pendiente de sus necesidades; entre ellas, las de textos que estuvieran de acuerdo con sus intereses y motivaciones, que creo conocer y plantear en las obras a ellos destinadas.
(…)
-¿Cuál es el mensaje de la poesía dirigida a los niños, especialmente fabricada para ellos?
-Pues el objetivo fundamental es que los niños pasen un buen rato y aprendan a amar la poesía, que tengan ganas de leer poesía, porque en este país la verdad es que no se lee este género, no hay quien compre un libro de poemas.

Isabel Pérez Montalbán, Mediterráneo, 25/III/90, págs. 12-13.

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-Debe ser optimista para dedicarse a la literatura infantil cuando el mundo de los niños se centra en los juegos y en la televisión.
-La verdad es que se lee muy poco, pero por fortuna todavía existen algunos colectivos de profesores que se están agrupando y lo están haciendo bien. Estas personas se preocupan por jugar con la literatura ante y para los niños. Lo más problemático son los libros de teatro, ya que se hace poco y cuesta venderlos.
-Aunque es evidente el avance de las ciencias, ¿no cree que las letras se han quedado algo estancadas?
-El mundo de las letras sí ofrece novedades, y de hecho existe una auténtica inflación de títulos. Se están haciendo hasta libros informáticos, lo que ocurre es que el libro será siempre el libro.
-¿Cómo definiría su último trabajo, Menuda poesía?
-Es un libro de juego poético. En él se dan todo tipo de elementos que invitan al niño a jugar. Hay un poema en el que se repite el canto del pato y que es quizás el que más me ha costado hacer. Los más difíciles de hacer son a la vez los más sencillos, porque deben tener, además, rimas y medida para que sean considerados de internes por todos, no sólo por el niño. Los escritores de literatura infantil estamos supeditados al gusto de los adultos, ya que son ellos los que tienen el dinero y los que se los compran a sus hijos. Hasta que el niño no cumple 12 ó 13 años no empieza a identificar a sus escritores favoritos, entonces los pide todos. Yo no sólo recomiendo este libro, sino cualquiera de la literatura infantil actual porque así los niños dejan volar su imaginación.

Luis Moret, Sur, 8/III/94, pág. 8.

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-¿Cómo ha afrontado la realización casi simultánea de cinco libros infantiles? (Colección “El grillo de colores”).
-Para mí ha sido un gran reto y continúa siéndolo, ya que he adquirido un compromiso tanto con los lectores más jóvenes como con la propia editora -la compañía andaluza Algaida, que pertenece al grupo Anaya- e incluso ya tengo nuevos encargos.
-¿Cuáles han sido sus pretensiones a la hora de programar sus contenidos?
-En los libros se ha cuidado hasta el último detalle para ofrecer un producto atractivo a los más jóvenes. Cada uno de ellos presenta un estilo diferente, por lo que la aproximación al lector se produce en unos casos en primera persona y en otros en tercera, a través de narración sencilla y en otras ocasiones por medio del diálogo, según los niveles de los niños a los que se dirigen. En cuanto a la temática de los libros, se narran historias de la vida cotidiana, aunque la literatura no se puede basar sólo en la cotidianeidad, por lo que se ha conjugado este aspecto con algo de fantasía, ya que la realidad hay que elevarla por encima de la imaginación para hacerla más asequible a los niños.
-¿Es difícil captar la atención de los niños con los libros, frente al predominio de los medios audiovisuales?
-A menudo llegan a la Universidad alumnos que no tienen el hábito de la lectura, por lo que lo que se ha pretendido con esta nueva colección es hacer que desde pequeños no se les caigan los libros de las manos ni por su peso excesivo ni por ningún descuido editorial, por lo que los libros han sido concebidos para que se puedan leer de una sentada. Para ello, en su edición se han utilizado las últimas tecnologías de impresión, que han permitido que todas las páginas vayan ilustradas a todo color, en formato pequeño y de fácil manejo, con una letra asequible para los más pequeños.
-Desde el punto de vista de un creador de relatos infantiles, ¿cómo ve la producción literaria que se realiza actualmente en este ámbito?
-En los últimos años se ha venido primando lo visual sobre lo literario, con libros que han fundado sus estructuras en la imagen y que han descuidado sus contenidos literarios, en ocasiones mínimo. Por eso, nos hemos decidido a ofrecer un cincuenta por ciento de textos y el resto de imágenes, para contrarrestar las actuales tendencias de la literatura infantil. Las colecciones que se han hecho hasta ahora para niños están indicadas, por sus contenidos, para los más pequeños, los parvularios, ya que los textos brillan más que nada por su ausencia (…)
-¿Debe ser la lectura un elemento fundamental en la formación de los niños?
-El hábito de la lectura es fundamental en las relaciones interpersonales y a la hora de aprender las normas ortográficas que, como todo, entran mejor por los ojos. De esta forma, se asimilan las cosas sin que te des cuenta y las memorizas mejor. El niño que no tenga la costumbre de leer intentará durante el resto de su vida aprender las reglas ortográficas sin obtener éxito alguno.

Rafael Cortés, Sur, 8/XI/94, pág. 54.

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-Lo que más me interesa es que mis amigos me aprecien. Soy amigo de mis amigos y permanezco abierto a nuevos posibles amigos siempre. Tuve un gran maestro: Jorge Guillén.
-Menuda poesía es un poemario infantil, sin embargo considero que su deliciosa lectura es para lectores sin edad. ¿Sí?
-La poesía -la literatura infantil- no tiene edad. Si el libro es bueno interesa también al público en general. Muchas madres me han felicitado tras haber leído los libros que sus hijos habían llevado a casa con mi firma.
-Sobre la A. de tu firma, ¿qué misterio se esconde?
-Otro nombre, que corresponde a mi padre, recién fallecido.
-En 1992 encontraste un escrito de Juan Ramón Jiménez. ¿Qué importancia tiene este hallazgo para las letras españolas?
-Un hallazgo -como todo- relativo. Se seguirán encontrando escritos de Juan Ramón, como de Lorca, o de tantos otros. El único mérito es saber ver donde otros no vieron.
-Tú naciste en las tierras de Carolina Coronado y Espronceda y te afincaste en Málaga. ¿Entre medio hay otros paisajes? ¿Han influido en algo los cambios de paisajes y residencias? ¿Cuál es tu residencia?
-Hay paisajes vascos, satures, gallegos y salmantinos. Marcado por Galicia (en el humor) y Salamanca (en cuestiones ortológicas). Probablemente mi residencia definitiva será en Málaga.
Cecilia Belmar Hip, Encuentro escrito, nº 4, Salta (Argentina), 1995, págs. 47-48.

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-¿Cuándo empezaste a escribir?
-Empecé hacia 1968, cuando buscaba libros para iniciar en la lectura a mis primeros alumnos y encontraba muy pocas cosas que me gustaban. Hoy la literatura infantil ha cambiado bastante y pueden encontrarse magníficos libros para cualquier nivel lector.
-¿En qué te inspiras para escribir?
-En los propios niños, en mis hijos, algunos sobrinos, niños en general, que puedo ver, oír o tratar en tantos ambientes.
-Y cuando tú fuiste niño, ¿cómo descubriste el placer de leer?
-Hacia mis ocho años, en casa solamente había un libnro: una edición del Quijote para niños. Yo no leía en aquella época, lo leí después. Mi lanzamiento a la lectura partió de un hecho concreto: cuando, a mis nueve años bien cumplidos, el director del colegio al que yo iba (en Sarria, provincia de Lugo), ofreció comp. Premio al mejor alumno de cada clase tres libros y cinco tebeos. Yo obtuve las mejores calificaciones en aquella Navidad, y me llevé el premio. Todavía conservo los libros. Desde entonces he sido un lector empedernido.
-¿Qué otros recuerdos guardas de tu infancia?
-Los partidos de fútbol que jugaba en la Plaza Mayor de Sarria, con otros chicos más o menos de mi edad. Yo nunca tuve mucha clase, pero la suplía con coraje. ¡Cómo sudaba!
-Y ahora que escribes para niños, tendrás muchos contactos con ellos. ¿Recuerdas alguna anécdota de los encuentros con tus lectores?
-Una niña de 9 años, en un colegio de Málaga, debería entrar en el Guiness: en un trimestre había leído 90 libros; es decir, un libro diario. ¡Qué maravilla! (Algunos habían sido escritos por mí: ¡otra maravilla!). También me he encontrado con niños que son hijos de antiguos alumnos míos o de viejos amigos de la adolescencia.
-¿Cuántos libros has publicado hasta la fecha?
-Cuarenta y nueve. Pero si la entrevista tarda en publicarse puedo redondear la cifra. Tengo unos diez para salir de aquí a final de curso.
-Y entre ellos, ¿cuál te ha proporcionado más lectores?
-Ha sido Aventuras con tito Paco, que lleva ya nueve ediciones, y le sigue Un gato verde y con chispa.
-¿Qué es lo que más te gusta de tus propios libros;
-Algunos personajes simpáticos, como la protagonista de Patatas fritas de bolsa; o dolientes, como la Morselina, de Aventuras con tito Paco; algunos rasgos de humor de Un gato verde y con chispa; algunas notas de ingenio de mis libros de poemas o de mis Adivinanzas de hoy, recién publicadas. En fin, mis libros me gustan bastante, aunque también me gustan los de otros escritores dedicados al joven lector.
-¿Y cómo te sientes más a gusto, inventando poesía, o contando historias?
-Yo cuento muchas historias en mis poemas. La poesía infantil debe contar siempre algo. Algunos de mis poemas son pequeños cuentos en verso.
Anónimo, Europa Sur (Algeciras), 24/III/98.

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-Quién es usted y cómo ha llegado hasta aquí.
-Yo soy un hombre, lo primero. Que se ha hecho a sí mismo, lo segundo. Poco a poco, sin ningún tipo de explosión, sin ningún “boom”, ningún premio importante que llame mucho la atención, sino pasito a paso, casi como las hormigas, empezando desde abajo y, bueno, no sé dónde voy a llegar, ni lo que soy ahora mismo, pero creo que tengo un puesto dentro de la literatura infantil actual, me conocen en toda España, me leen muchos niños, y lo importante no es que me conozcan y me lean, sino que les gustan mis libros, y se reeditan. Incluso ha habido tantos niños que me han pedido la continuación de Un gato verde y con chispa que he tenido que hacerla, cuando yo solamente en una ocasión había tenido la intención de continuar un libro, y justamente me lo pidieron para otra editorial y dije que no. Esta continuación me la han pedido niños de todas partes, en todas las comunidades autónomas, porque yo las visito todas (…)
-¿Por qué la literatura para niños?
-Porque yo he sido muchos años maestro, y al principio yo quería que mis alumnos leyeran, que les gustase la lectura como a mí me había gustado siempre. Entonces empecé a buscar libros que me parecieran apropiados para su edad, sus niveles y sus intereses, y muy pocas veces encontraba cosas. Estoy hablando de los años sesenta, cuando todavía no había aparecido el boom Gloria Fuertes. Bueno, pues como no encontraba cosas que me gustaran para ellos, empecé haciendo poemas para niños y obras de teatro de guiñol, y como veía que les gustaba, que respondían, pues seguí animándome a hacer cosas, recién terminadas las oposiciones de Magisterio.
Luego estuve un año en Barcelona e hice un curso de Literatura Infantil y juvenil, pero fundamentalmente era de teatro, expresión dramática infantil, en la Universidad de Barcelona, y, bueno (…) Así que cuando volví seguí haciéndolo y de pronto me encontré con que tenía unas cuantas piezas de teatro para niños y unos cuantos poemas que se iban reuniendo solos. Esto es una falacia, porque los poemas no se reúnen solos, los reúnes tú, los vas agrupando por temas, sobre todo. Le llevé un día las obras de teatro a Jorge Guillén, y no me atrevía a enseñárselas. Cuando terminamos la entrevista él me preguntó qué era lo que llevaba bajo el brazo, y yo le respondí que unas obritas de teatro para niños. Quiso verlas, y esa bendita curiosidad de él fue lo que me animó más, porque a los tres días me llamó a mi casa y me alentó muchísimo, me dijo que tenía que seguir escribiendo no solamente para niños, sino también para adultos. (…)
-Hay gente que escribe para niños porque es un fantástico mercado.
-Seguro, los hay, auténticos profesionales que viven exclusivamente de eso (…) si lo hacen bien y merece la pena leerlos, por qué no. La literatura infantil para algunos verdaderamente es un filón, tanto literario como monetario, viven exclusivamente de eso. (…)
-Además de autor prolífico, sesenta y cuatro obras, eres un teórico de la Literatura y ejerces la crítica. ¿La entiendes también como un modo de creación literaria?
-Sí, yo creo que la crítica tiene mucho de creativo, lo que pasa es que depende también un poco del crítico. Hay algunos muy aferrados a la mera teoría, y otros que son más sueltos, porque tal vez tienen una vena más literaria. (…)
-Creo que era Borges quien decía que si al final hubiera que salvar cien libros de la historia de la Literatura, esos cien libros serían cien veces La Eneida. En tu caso, ¿con cuál te quedarías?
-Hombre, yo, está claro que con El Quijote. Pero de cabeza. Es una obra maestra, referencial, que todos debemos leer. No los niños de siete y ocho años; tiene su edad. Es fundamental para las letras españolas. Luego hay que empezar por géneros y por épocas. De los contemporáneos en lengua castellana me quedo con dos o tres ahora mismo, Delibes, Vargas Llosa y García Márquez. Y de los españoles del Siglo XX, Miguel Delibes, por encima de premios nobel de todo color.
-¿Por qué tienes catorce ediciones de Platero y yo?
-Fundamentalmente porque iba a hacer una edición, y cuando vas a hablar de un libro, tienes que informarte de lo que oteros han dicho sobre ese libro. Así que busqué todas las ediciones que había (…)

Juan Gaitán, Málaga. Variaciones, nº 40, sept. 2000, págs. 32-33.

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-¿Un gato verde más o menos es un libro infantil o algo más?
-Es un libro infantil dedicado a niños de ocho a doce años, pues es la continuación de otro libro que publiqué anteriormente, Un gato verde y con chispa y tuvo tanto éxito que los niños me pidieron una continuación. Fue tal la repercusión que en uno de mis encuentros con chicos, estos me recibieron disfrazados de gatos, y yo, que nunca había escrito una segunda parte de un libro, lo he hecho a petición de mis lectores.
-¿Cree que “segundas partes nunca fueron buenas”?
-No tanto una segunda parte como una continuación. En este caso es el mismo niño y más o menos el mismo gato… Todo es casi igual, pero con la aparición de una niña que tiene su importancia, pues sale a colación el tema de la amistad entre adolescentes, con puntos suspensivos.
-¿Son niños de un país concreto?
-Supuestamente se desarrolla en Málaga, porque hay un puerto de mar y una persecución en coche inspirada en un entorno malagueño. No sale en ninguna parte, pero a mí me ha servido para imaginarme la escena.
-¿Cómo se refleja esta experiencia del niño en su entorno social?
-Para mí hay dos elementos fundamentales: la relación entre el niño y la niña, que se hablan en clave, y una segunda más literaria cuando el abuelo trata al niño como un caballero andante, con lo que se establece una conexión con El Quijote. También se transmite que el niño no debe limitarse a jugar a la pelota, pues el abuelo le enseña a jugar al ajedrez, demostrándole que hay juegos antiguos que dan la misma satisfacción que las vídeo-consolas.
-¿Es obligado introducir los valores morales en este género?
-Obligado no hay nada, pero si quieres que el libro tenga algo de calidad hay que meter cosas de cierto interés. En este caso se trabaja la responsabilidad ante los propios actos. Ese sería el mensaje del libro.

Antonio Rosado, Sur, 24/V/2001, pág. 66.

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D.M.- ¿De dónde surgen las adivinanzas de Adivinanzas de animales y plantas?¿Son tradicionales o las ha creado usted?
A.G.Y.- Son inventadas por mí, utilizando algunas fórmulas que existen expresamente para ese fin, como el calambur, que se basa en la unión de fonemas de dos o más palabras, que dan lugar a una tercera. En otros casos también he jugado con palabras que pueden tener varios significados. El libro incluye además algunas preguntas sobre curiosidades de animales y plantas que llaman mucho la atención de los niños.
D.M.- Parece que el libro va dirigido a niños que están en una edad en la que es difícil encontrar algo que les guste, porque son muy mayores para los libros preescolares o muy pequeños para los educativos o los que empiezan a ser narrativos.
A.G.Y.- Es para todos los niños. Aunque también les gusta mucho a los padres porque pueden leérselo a los hijos. Ellos también se divierten con las adivinanzas, aunque, a diferencia de los niños, suelen acertarlas mucho peor. Los adultos tienen tendencia a callarse por temor a fracasar.

Virginia Muñoz, Diario Málaga, 19/V/2002, pág. 50.
ANÓNIMO: “La novela en Extremadura (6 nombres de las letras invitados a la mesa literaria de VITELA), Vitela, nº 6, mayo, 2006, pág. 37.
AGY: Los niños que desde pequeños oyen, leen y aprenden poesía están más dispuestos a favor de la Literatura, están más preparados lingiusticamente, están más capacitados para expresarse oralmente y por escrito. Además, los lectores de poesía suelen sentir la necesidad de hacer sus pinitos, de expresar sus sentimientos, sus anhelos, su vida. Entre un niño que laboriosamente mira y cuenta las estrellas a las doce de la noche y otro que, enérgicamente, mata todos los marcianos que aparecen en su ordenador a las doce de la mañana, me quedo con el primero. Creo que las televisiones públicas deberían tener algún espacio para que se diera rienda suelta a los más jóvenes lectores de poesía. La poesía favorece la no-violencia, mientras que la mayoría de los juegos de ordenador y otros que algunos niños llevan a cabo delante de las cámaras engendran violencia.
Entrevista realizada por DARABUC, para REVISTABABAR.COM, JUNIO-OCTUBRE, 2006

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-¿Qué temática le interesa especialmente?, ¿cómo concibe una novela, cuál es el proceso, hay varios procesos o formas de concebirla?
-Me interesa especialmente todo lo relacionado con la fantasía, con la magia, con el salir de sí mismo, con alcanzar mundos posibles y pensables.
Cada novela tiene un proceso y un desarrollo distinto.
Yo suelo ponerme a escribirla cuando conozco el principio, el final, algunos personajes y varios pasos previos. Cuando tengo un buen número de fichas sobre lo citado anteriormente.
Pero no es menos cierto que sobre la marcha algunos personajes cobran mayor protagonismo, y surgen otros, en los que no había pensado previamente.
Por eso tardo bastante en ponerme a escribir, pero cuando lo hago, el acto de redacción suele ser bastante rápido.
Vitela, nº 6, mayo de 2006, pág. 37,

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Cuéntenos ahora sobre su propia obra de poesía para niños. ¿Qué obras son las que prefiere personalmente, y qué obras ha ido encontrando que son las preferidas de los demás? Y aunque se lo hayan preguntado mil veces, ¿por qué escribe poesía para niños?
Empecé escribiendo poesía para mis alumnos, cuando comenzaba mi andadura como maestro, en los setenta. Pretendía que los chicos de entonces, que son padres hoy, se enamoraran de la poesía, cobraran gusto por la poesía. No había muchos libros que poder utilizar. Descubrí que aquellos poemas les hacían cierta gracia. Incluso, con algunos, se reían.
Muchos eran poemas para invitar al movimiento; otros, a la reflexión; más de uno con motivos pedagógicos en el fondo. Poemas para niños de 6-8 años.
Con el tiempo esos niños crecían, y también variaban sus intereses. También me fui adaptando a los niños, y buscando aquello que pudiera llegarles con más eficacia.
Poco a poco mi obra se fue configurando. Mis libros casi nunca son para un determinado grupo de niños, para ciertas edades exclusivamente. La poesía no tiene edad, aunque algunos poemas concretos puedan estar dirigidos a un destinatario muy específico.
Los destinatarios, desde luego, suelen sorprender. A veces un poema que ya no me gusta es el preferido por un niño o una niña. Y otro que me complace particularmente por su mensaje, no llega a todos.
Citar un libro y excluir otros parece un desorden natural. Todos son hijos míos: los he parido a todos con cariño y con esfuerzo. Quizás citaría algunos de mis poemas preferidos: “Con un euro” y “Siseando”, de Travesuras poéticas; “Contador de estrellas”, “La señal”, de Versos de pluma; “Oso panda”, “La cabra negra”, de Animales poéticos; “Mal asunto”, “Guillermina”, y tantos de Versos diversos; “El chucho de Chicho”, “Aleluyas vocálicas”, y muchos más de Menuda poesía, “La lámpara de Aladino”, “El jalapo y la jalapa”, entre otros de La lámpara de Aladino… Etc.
Darabuc, revistababar.com, 2007

Buho-separador13

¿Por qué ha elegido Sarria para ambientar su libro Aprendiendo a volar?
-Era una deuda que tenía con Sarria y que ahora está saldada. La época de la infancia es la etapa del paraíso. Nos echaron de él y siempre buscamos la manera de volver. De esta forma he recuperado el paraíso. Algunos personajes se llaman Arlindo, Ana (como su esposa), Begoña, María Elena, como mis primas. Es una forma de homenajear a la gente de Sarria. En el libro se cita la iglesia de Santa Mariña, la Rúa Mayor –mi calle emblemática-, la Praza da Vila…
A.C.V.
El Progreso, 22/III/07, pág. 21.

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¿Cómo y por qué nació Noche de Miedo?
Noche de miedo es el quinto de un conjunto de libros (Oro parece, Plata no es, Blanca por dentro, Verde por fuera) cada uno sobre un temario diferente, pero con asuntos cotidianos o procedentes de los cuentos populares. En este caso, sobre relatos que tienen como elemento común algún personaje que produce miedo. Unos son legendarios, otros, de la novelística de terror. Siempre son seis adivinanzas por cada uno de los asuntos abordados. En total, cada uno de esos libros propone 96 adivinanzas. Unas adivinanzas cuya solución el lector ha de localizar en la ilustración. Además, se ha de encontrar en cada caso una serpiente, que en cada libro es de diferente color. Magnífica idea de la ilustradora, Violeta Monreal, que es una de las mejores de nuestro país.
¿Tiene algún piloto de pruebas para sus adivinanzas?
Suelo proponer mis adivinanzas a mis hijos y a los niños con los cuales efectúo encuentros literarios a lo largo y ancho de España, en especial, en Andalucía. Porque las adivinanzas son originales mías, claro. Llevo años dedicándome a este género y he llevado a cabo muchas innovaciones, que ya estoy viendo en otros autores. Bien está: parece que voy creando escuela. Lo curioso es que ya las están tomando para incorporarlas a antologías de adivinanzas clásicas. Lo cual significa que gustan tanto como aquellas.
Usted tiene un currículum tan extenso como brillante. Poeta, Crítico literario, Profesor de Universidad, Escritor de narrativa juvenil e infantil, etc. ¿En qué faceta se encuentra más cómodo?
Probablemente en la literatura infantil. Llevo mucho tiempo entregándome a ese género y a ese público. Es un público muy agradecido, aunque muy crítico también. No acepta que se le engañe en ningún sentido. Para niños y jóvenes he publicado 70 libros hasta el momento. En total, 121.
¿Qué es lo que le ha aportado la lectura a lo largo de su vida?
Muchas alegrías. También otras sensaciones, entre ellas las de dolor. Y las de miedo, claro, porque desde niño fui muy lector, de todo tipo de libros. También los niños de hoy, por supuesto, piden textos de miedo, porque es una sensación que necesitan conocer en determinado momento de su evolución psicológica. A mí me los han pedido.
¿Cuál es la situación actual de los más jóvenes con relación a la lectura?
Los que son lectores leen más que antes. Y tienen la posibilidad de encontrar mayor variedad y mayor cantidad de libros adecuados a sus intereses y a su edad. Sin embargo, por desgracia, hay muchos niños que no leen apenas, por múltiples circunstancias.
¿Quién está fallando en la Animación a la Lectura?
El fallo se produce en el grado de comprensión lectora. Si un niño no comprende lo que lee difícilmente encontrará gusto en la lectura. Y se trata de eso: de encontrar el placer que la lectura produce, no una especie de castigo por imposición. De esta forma es imposible que un niño se anime a leer. Pertenezco al Comité Científico del Observatorio Andaluz de la Lectura y nos estamos preocupando por llevar a cabo acciones que aumenten el número de lectores y de libros leídos en nuestra Comunidad Autónoma.
¿Qué le queda por hacer a Antonio Gómez Yebra?
Muchos libros para niños (algunos están esperando ser publicados en breve) y, desde luego, una novela para adultos. Pero para esto se necesita disponer de un tiempo que no encuentro, porque mi profesión me exige una dedicación exclusiva.

 

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¿Cómo y por qué nació Noche de miedo?

 

Noche de miedo es el quinto de un conjunto de libros (Oro parece, Plata no es, Blanca por dentro, Verde por fuera), cada uno sobre un temario diferente, pero con asuntos cotidianos o procedentes de los cuentos populares. En este caso, sobre relatos que tienen como elemento común algún personaje que produce miedo. Unos son legendarios, otros, de la novelística de terror. Siempre son seis adivinanzas por cada uno de los asuntos abordados. En total, cada uno de esos libros propone 96 adivinanzas. Unas adivinanzas cuya solución el lector ha de localizar en la ilustración. Además, se ha de encontrar en cada caso una serpiente, que en cada libro es de diferente color. Magnífica idea de la ilustradora, Violeta Monreal, que es una de las mejores de nuestro país.

 

¿Tiene algún piloto de pruebas para sus adivinanzas?

 

Suelo proponer mis adivinanzas a mis hijos y a los niños con los cuales efectúo encuentros literarios a lo largo y ancho de España, en especial en Andalucía. Porque las adivinanzas son originales mías, claro. Llevo años dedicándome a este género y he llevado a cabo muchas innovaciones, que ya estoy viendo en otros autores. Bien está: parece que voy creando escuela. Lo curioso es que ya las están tomando para incorporarlas a antologías de adivinanzas clásicas. Lo cual significa que gustan tanto como aquellas.

 

Usted tiene un currículum tan extenso como brillante. Poeta, crítico literario, profesor de Universidad, escritor de narrativa juvenil e infantil… ¿En qué faceta se encuentra más cómodo?

 

Probablemente en la literatura infantil. Llevo mucho tiempo entregándome a ese género y a ese público. Es un público muy agradecido, aunque muy crítico también. No acepta que se le engañe en ningún sentido. Para niños y jóvenes he publicado 70 libros hasta el momento. En total, 121.

 

¿Qué es lo que le ha aportado la lectura a lo largo de su vida?

 

Muchas alegrías. También otras sensaciones, entre ellas las de dolor. Y las de miedo, claro, porque desde niño fui muy lector, de todo tipo de libros. También los niños de hoy, por supuesto, piden textos de miedo, porque es una sensación que necesitan conocer en determinado momento de su evolución psicológica. A mí me los han pedido.

 

¿Cuál es la situación actual de los más jóvenes con relación a la lectura?

 

Los que son lectores leen más que antes. Y tienen la posibilidad de encontrar mayor variedad y mayor cantidad de libros adecuados a sus intereses y a su edad. Sin embargo, por desgracia, hay muchos niños que no leen apenas, por múltiples circunstancias.

 

¿Quién está fallando en la Animación a la Lectura?

 

El fallo se produce en el grado de comprensión lectora. Si un niño no comprende lo que lee difícilmente encontrará gusto en la lectura. Y se trata de eso: de encontrar el placer que la lectura produce, no una especie de castigo por imposición. De esta forma es imposible que un niño se anime a leer. Pertenezco al Comité Científico del Observatorio Andaluz de la Lectura y nos estamos preocupando por llevar a cabo acciones que aumenten el número de lectores, y de libros leídos en nuestra comunidad autónoma.

 

¿Qué le queda por hacer a Antonio Gómez Yebra?

 

Muchos libros para niños (algunos están esperando ser publicados en breve) y, desde luego, una novela para adultos. Pero para esto se necesita disponer de un tiempo que no encuentro, porque mi profesión me exige una dedicación exclusiva.